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La calidad del agua, es un elemento clave al que no se le suele prestar demasiada atención, a pesar de ser el componente mayoritario en infusiones y tisanas de todo tipo

H2O

¿Qué es el agua?

El agua, del latín aqua, también conocido como el líquido elemento o el elixir de la vida, es un compuesto natural e inorgánico.

Esta es su definición, según la RAE:

"Líquido transparente, incoloro, inodoro e insípido en estado puro, cuyas moléculas están formadas por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, y que constituye el componente más abundante de la superficie terrestre y el mayoritario de todos los organismos vivos."

Solo un 0,04 % del agua disponible en el planeta y de la cual depende la vida en el mismo, es del tipo dulce.​ El cuerpo humano, contiene entre un 45 % y un 73 % de agua.

Aunque no tiene olor, ni sabor, el agua contiene minerales y sustancias orgánicas en disolución, que le pueden aportar sabores y olores más o menos detectables según la concentración de los compuestos y también d ela temperatura.

Y aunque técnicamente es incolora, lo cierto es que en grandes cantidades adquiere un color verde azulado (o azul verdoso, según se mire) causado por la absorción parcial de las longitudes de onda rojas en la luz.

La calidad depende de muchos factores

¿Qué composición tiene el agua?

La fórmula química del agua es H2O, dicha fórmula se traduce en dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, unidos por un enlace covalente.

El estado puede ser líquido (agua), sólido (hielo) o gaseoso (vapor), y su densidad es de 1 g/cm³ a 4°C. El punto de ebullición (al nivel del mar) del agua es de unos 100°C y el de congelación a 0°C.

El agua no se encuentra en su versión pura en la naturaleza, si no que está mezclada con otro tipo de substancias:

Gases

  • Oxígeno (O₂): El oxígeno disuelto es una pieza fundamental en el metabolismo de la vida acuática.
  • Dióxido de carbono (CO₂): Soluble en agua,forma ácido carbónico que incide en el PH.
  • Nitrogen (N₂): Pasivo casi todo el tiempo, contribuye a la disolución de los gases.

Sales y minerales

  • Calcio (Ca²⁺): Habitualmente asociado al agua que pasa por zonas ricas en caliza y causa de la dureza del agua.
  • Magnesio (Mg²⁺): Habitualmente asociado al calcio, también influye en la dureza del agua.
  • Sodio (Na⁺): Presente en un porcentaje de concentración variable, influye tanto en el sabor como en la calidad del agua.
  • Potasio (K⁺): Presente en cantidades muy pequeñas, necesario en diversas reacciones bioquímicas en el organismo.
  • Cloruro (Cl⁻): De origen biogénico (de origen natural) o antropogénico (de origen humano).
  • Sulfato (SO₄²⁻): Presente de forma natural en el agua procedente de manantiales naturales y muy utilizado en industrias de varios sectores.

Materia orgánica

  • Materia orgánica natural (MON): Compuesta de substancias húmicas, residuos vegetales y microoganismos. Afecta al color del agua y genera subproducos desinfectantes.
  • Contaminantes antropogénicos: Pesticidas, residuos farmacológicos y químicos industriales que podrían estar presentes debido a vertidos en los sistemas de desagüe y de alcantarillado.

Nutrientes

  • Nitrato (NO₃⁻) y Nitrito (NO₂⁻): Nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas aunque tóxicos en grandes cantidades.
  • Fosfato (PO₄³⁻): Causa eutrofización lo que provoca el crecieminto masivo de algas.

Metales y metaloides

  • Hierro (Fe): Presente en el agua extraída de los pozos, provoca cambios en el color y también en el sabor del agua.
  • Manganeso (Mn): Su presencia junto con el hierro, provoca cambios en la calidad así como en el sabor del agua.
  • Arsénico (As): Un metaloide tóxico, asociado a ciertas estructuras geológicas, y muy peligroso para el ser humano.

Microorganismos

  • Bacterias: Del tipo coliforme o patógenos como el E. Colli.
  • Viruses: Contaminan el agua a través del alcantarillado y de vertidos contaminados.
  • Protozoos: Por ejemplo, la Giardiana y el Criptosporidio, son parásitos resistentes a muchos sistemas de desinfección.

Algunos de los factores que sirven para determinar la calidad del agua, son los siguientes:

  • Geológicos: La naturaleza de las rocas y el sustrato por las que pasa el agua, determinan su composición mineral.
  • Humanos: Ciertas substancias contaminantes provenientes de la agricultura, industrias de varios tipos o de la urbanización, determinan su grado de pureza.
  • Atmosféricos: La lluvia disuelve ciertos tipos de gases en la atmósfera y los transporta a través del agua en forma de aerosoles.

La naturaleza del agua es diversa y depende de numerosos factores, tanto geológicos como antropogénicos. La cantidad de elementos en el agua, deciden la calidad de la misma y para qué fin podía ser destinada.

Por este motivo, es muy importante el asegurarse de que la calidad del agua es óptima para el consumo humano. Tanto para su consumo sola, como a la hora de preparar infusiones.

Noventa y nueve por ciento

La función del agua en las infusiones

Hay que partir de la base de que el 99% de la composición de una infusión de té es agua.

Se prepara añadiendo hojas de Camellia Sinensis a cierta cantidad de líquido a una temperatura concreta, generalmente agua, y dejándolas reposar durante una cantidad de tiempo determinada con el fin de extraer los componentes presentes en las hojas.

La cantidad de hojas de té y de agua, así como la temperatura del agua y el tiempo de infusión, se conocen como parámetros. Cada tipo de , se rige por unos parámetros, entre ellos, el gusto personal de la persona que lo prepara.

En China, los bebedores de té se rigen por la siguiente directriz:

"Un tipo de agua de calidad excepcional puede transformar un té mediocre en consumible. Mientras que un tipo de agua de calidad inferior, volverá un té de calidad excepcional en mediocre."

E incluso existen dichos sobre la importancia de la calidad del agua en el té en la literatura china:

“El ochenta por ciento de la calidad de un té depende al cien por cien de la calidad del agua." - Da Fu Zhang, La hierba de la casa Parnaso, 1630 AC

El maestro de té chino más famoso de todos los tiempos, Lu Yu, escribió en el siglo VII el libro "The Classic of Tea" y una buena parte de este tratado sobre el té está dedicada a la importancia del agua.

Si bien es cierto que la calidad del agua afecta de forma directa a la calidad de la infusión resultante, diferentes tipos de té requieren un tipo de agua con una composición distinta.

Este detalle, aunque de suma importancia, no se suele tener muy en cuenta a la hora de preparar el té. Excepto por algunos sumilleres de té (no por todos), o por consumidores avanzados.

Si utilizamos agua del grifo clorada, la infusión resultante tendrá un aroma característico y ciertas notas de sabor que nos recordarán a la lejía. Esta nota organoléptica (bastante desagradable, por cierto), arruinará la experiencia de beber cualquier tipo de té.

Dureza y pH

¿Qué factores determinan la calidad del agua?

Existen ciertos factores a tener muy en cuenta a la hora de elegir el tipo de agua más adecuado para preparar tu té:

  • Dureza - Definida por la concentración de minerales disueltos en el agua, como los iones de calcio y de magnesio. Los minerales juegan un papel crucial durante el proceso de infusionado, ya que interactúan con ciertos componentes del té como los polifenoles y las catequinas, entre otros.

El agua dura, puede alterar tanto el sabor de la infusión como su turbiedad, especialmente en tés más ligeros como los verdes o blancos. Una investigación llevada a cabo en 2020, confirma que el agua dura causa turbiedad en el té blanco y el té verde, debido a que las sales de calcio se integran con los polifenoles inhibiendo su extracción.

La infusión resultante, no solo presenta un sabor más plano, sino que además, los beneficios se ven mermados. El agua de una dureza de más de 200 mg/l, produce una infusión mucho más astringente, menos aromática y bastante más turbia.

El agua blanda o de mineralización baja (por debajo de 100 mg/l), produce una infusión más limpia y vibrante, ya que permite una mejor extracción de los componentes esenciales como las catequinas y l epicatequinas. Los tés verdes como el sencha o el longjing (pozo del dragón), se benefician del infusionado en agua de mineralización baja. La infusión resultante es más viva, fresca y el porcentaje de antioxidantes es mayor.

Los investigadores determinaron que el agua con una mineralización de entre 30 a 60 mg/l, produce la mayor extracción de catequinas en el sencha japonés.

  • pH - El pH del agua, también juega un papel fundamental durante el infusionado, influenciando en gran medida la extracción de componentes aromáticos así como de los sabores.

El pH ideal recomendado para el infusionado del té está entre el 6.5 y el 7, casi neutral o ligeramente ácido. Si el PH del agua es muy alcalino (7.5 en adelante), neutralizará componentes clave como taninos y catequinas, lo que resulta en una ausencia de complejidad en el sabor de la infusión. En otras palabras, obtendremos una infusión plana.

El agua con un pH por encima de 8, se considera alcalina y no se recomienda para el infusionado de té verde, ya que la infusión resultante es plana y sin carácter.

Mientras que el agua ligeramente ácida, con un pH entre 6,5 y 7, ayuda a preservar los components volátiles como las catequinas metiladas, responsables de las notas florales y frutales en algunos tés, como el té de jazmín, el oolong o el Darjeeling.

Variable fundamental

La temperatura del agua, un factor determinante

La temperatura del agua, es una de las variables fundamentales a tener muy en cuenta durante el infusionado del té, ya que determina cómo de eficiente es la extracción de algunos componentes como los polifenoles, las catequinas así como la cafeína.

El té oolong o semioxidado (el mal llamado té azul), por ejemplo, está entre el té verde y el té negro. Y la temperatura recomendada para su infusionado se encuentra entre los 85°C y los 95°C.

Si el agua está muy fría, muchos de los componentes aromáticos no serán extraídos, mientras que si el agua está muy caliente, la infusión resultante será demasiado amarga. Controlar la temperatura del agua, es vital para la obtención de una infusión floral y aromática.

El té blanco, está mínimamente procesado con el fin de preservar su perfil de sabor delicado y su frescor. La temperatura del agua recomendada varía dependiendo del tipo de té blanco que vayamos a infusionar.

Por ejemplo, para el infusionado de un Baihao Yinzhen (Silver Needle), compuesto por hojas jóvenes y botones, se recomienda utilizar agua entre 75°C y 85°C, con el fin de preservar las notas dulces y florales. El uso de agua a temperatura más elevada, causará la aparición de notas amargas.

No obstante, para infusionar otros tipos de té blanco como el Bai Mudan (White Peony) o el Gongmei (Long Brow), elaborados con hojas maduras de té, se recomienda el uso de agua a una temperatura de entre 85°C y 90°C. De esta forma obtenemos una infusión más intensa y con más cuerpo. Cuanto más añejado el té, más alta la temperatura del agua, ya que ayuda a extraer notas de sabor más complejas como a miel, terrosas e incluso amaderadas.

Si queremos infusionar puerh, tanto crudo (sheng) como fermentado (shou), el rango de temperatura recomendada varía entre los 95°C y los 100°C. Ya que de otra forma, no lograremos extraer todos sus componentes organolépticos.

En el caso de los tés japoneses, la temperatura ideal va en función del tipo de té que queramos preparar. La infusión del gyokuro, por ejemplo, se beneficia de temperaturas más bajas, entre 45°C a 55°C. Sin embargo el sencha, se suele infusionar entre 65°C y 75°C.

El uso de agua a alta temperatura, acelera el proceso de oxidación y de hidrólisis de los componentes internos de las hojas de té. Esto no solo contribuye a la extracción de polifenoles, aminoácidos y cafeína, sino que además, ayuda a extraer los componentes volátiles como los alcoholes aromáticos y los fenoles, acentuando así las notas amaderadas.

Si infusionamos shou puerh con agua casi hirviendo, la infusión que obtendremos será más intensa y compleja y ofrecerá una sensación sedosa en boca. Por el contrario, si infusionamos un té sencha con el agua a 100°C, obtendremos una infusión extremadamente amarga con un perfil de sabor muy desagradable.

Hervir o no hervir, he ahí la questión

La acción del oxígeno

El grado de aireación o aerirficación del agua se tiene también como un factor a tener en cuenta a la hora de preparar una infusión.

Este punto en concreto causa mucha fricción y desacuerdos, ya que cada fuente que he consultado ofrece su propia opinión al respecto.

Existe la teoría o hipótesis, de que nunca se debería hervir el agua que ya ha sido hervida, porque al hervirla por segunda vez, pierde todo el oxígeno. Esto provoca un gasto excesivo de agua, ya que muchos bebedores de té (y de café), descartan el agua sobrante en lugar de reutilizarla.

Lo cierto es que el oxígeno disuelto en el agua, va perdiendo su solubilidad al tiempo que la temperatura y la presión del agua se van incrementando. Por este motivo, al hervir el agua, el oxígeno desaparece, o más bien abandona el líquido elemento.

Curiosamente, una vez que el agua se va enfriando, va reabsorbiendo las partículas de oxígeno presentes en el ambiente. En otras palabras, se reoxigena.

Si bien es cierto que el sabor del agua fresca y el del agua hervida son diferentes, en la práctica no es por el contenido de oxígeno disuelto en el agua, sino por otros factores aún en estudio.

El oxígeno disuelto en el agua, podría ayudar a suavizar los taninos en el té, no obstante, existen otras formas de controlar la acción de los taninos, durante el infusionado, como por ejemplo, el control de la temperatura y el tiempo de infusión.

Más estudios científicos sobre este tema son necesarios, por lo que dejo la puerta abierta a la actualización de este apartado en caso de que encuentre información adicional.

Sólidos disueltos totales

¿Qué significa TDS?

El término TDS, abreviatura de Total Concentration of Dissolved Substances, indica la concentración total de minerales, sales y materia orgánica presentes en el agua.

Se suele medir en partes por millón (ppm) o mg/l. Un litro de agua, contiene 1000 g de sólidos, por lo tanto el mg/l es de 1 millón de mg por litro o ppm. Esta unidad de medida, no especifica qué componente está disuelto, solo la cantidad de materia. Por ejemplo, 100 mg/l de sal o azúcar tienen el mismo TDS.

El TDS recomendado para infusionar té se encuentra ente los 30 y los 90 mg/l, ya que proporciona un índice de mineralidad óptimo para la extracción de todos los componentes sin arruinar el perfil de sabor de la infusión.

El agua con un TDS bajo (por debajo de 30 mg/l), como agua destilada o desionizada, produce una extracción insulsa y pobre. La ausencia de minerales impide la interacción de los polifenoles, aminoácidos y de los componentes aromáticos.

Por el contrario, una infusión preparada con agua de mineralización fuerte, con un TDS de más de 100 mg/l, tendrá un perfil sabor muy pronunciado aunque pésimo. Si el calcio y el magnesio son muy abundantes, la infusión será amarga y astringente.

Mejora tus infusiones

¿Cuál es la composición del agua ideal?

En el mundo del té, el agua de la región en la cual se realiza el cultivo, se considera la más indicada para obtener la mejor infusión. Por ejemplo, si el té proviene de Kirishima, el agua de Kirishima produciría la infusión más óptima.

No obstante, es muy poco probable que tengamos acceso de forma habitual al agua de dicha región, o de cualquier otra, por lo que tendremos que hacer uso del tipo de agua que tengamos a nuestro alcance.

En líneas generales, la composición del agua ideal recomendada para el infusionado del té es la siguiente:

  • TDS: Entre 30–90 mg/l, es el nivel de mineralidad óptimo para mantener intactas las notas organolépticas de la mayoría de los tés.
  • Calcio (Ca²⁺): Entre 30–50 mg/l, contribuye a la obtención de una infusión sedosa, con cuerpo y sin turbiedad.
  • Magnesio (Mg²⁺): Entre 30–50 mg/l, potenciando la extracción de los sabores, especialente en tés negros y tés oolong.
  • Sodio y cloro : Casi inexistentes o trazas anecdóticas, ya que arruinan tanto el aroma como el sabor.
  • PH: Casi neutral o ligeramente ácido, entre 6,5 y 7,0, ideal para mantener un sabor equilibrado y fomentar la extracción de componentes aromáticos.

La infusión de los tés japoneses en concreto, se beneficia del uso de agua blanda o de baja mineralidad.

No obstante, hay que tener muy presente que cada tipo de té es un mundo y que en ocasiones hay que realizar los ajustes correspondientes para infusionar un té en concreto.

Lo más recomendable es realizar pruebas utilizando varios tipos de agua para infusionar el mismo tipo de té y así comparar el sabor de cada infusión y poder determinar cuál de ellas ofrece la mejor experiencia organoléptica.

Espero que te haya gustado este breve resúmen sobre la importancia del agua a la hora de preparar tu infusión. Si tienes interés en aprender nuevo vocabulario sobre tés en general y tés japoneses en particular, te recomiendo revisar la terminología básica

Puedes consultar el catálogo de té japonés aquí. Y si tienes preguntas o dudas, puedes contactarme vía Instagram

¿Quieres saber quién soy? Encuentras un artículo sobre mí en este enlace. #apasionaté

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