El té boba ha sido la bebida favorita en Asia desde los años 90. También fue importada a los EEUU por los inmigrantes asiáticos que se asentaron en el país.

Gracias a su interesante mezcla de ingredientes y textura así como su viralización a través de las redes sociales, el té boba es consumido a nivel mundial.

En la actualidad existen multitud de versiones con o sin azúcar, con leche o con bebidas vegetales, con siropes de sabores diversos y con perlas de tapioca desde negras a multi-colores.

Aunque la bebida original, y la más popular, solo lleva perlas de tapioca, existen diversas variantes elaboradas con gelatina de Mesona Palustris, trozos de aloe vera e incluso con judías rojas azuki.

Además el té boba se divide en dos categorías, los que llevan algún tipo de producto lácteo y los que no. Ambas ofrecen té negro, verde, oolong y en ocasiones té blanco como base.

Las versiones elaboradas con lácteos pueden contener leche en polvo, leche de origen animal, bebida vegetal e incluso leche condensada. Y aunque también se puede servir caliente, en la actualidad se consume más como bebida fría y refrescante.

En resúmen, aunque el té boba nos parezca una novedad, se lleva consumiendo en Taiwán desde los años 80, y en otras partes del mundo, desde los 90.

Su popularidad va en auge y cada vez existen mezclas y texturas más interesantes. Es una bebida versátil que puede prepararse con casi cualquier ingrediente. Solo hay que echarle un poco de imaginación.

Esto hace que el té boba sea el medio ideal para poner en práctica todas las ideas que se te ocurran.

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